domingo, 21 de diciembre de 2008

Acabando el año, terminando con el curso

Querid@ mí@s,

Como dice un conocido, cuando acabe este curso prometo psicoanalizarme. Creo que estoy más "enganchado" a Internet de lo que debería ser legal. Cuando dejas de buscar porno (por no dejar de buscar) y te pones a mirar gadgets relacionados con las TIC, has superado los límites aceptables por la cordura. Bueno, ésa es mi estúpida manera de entenderlo, claro.

Lo digo porque iba el otro día por la calle, a eso de las ocho y media de la madrugada, y vi a un chaval con pinta de pavo real. Llevaba un casco como de obrero, con dos latas de cervezas a los lados. Y tenía una mochila a la espalda, ¡con altavoces! Sí, sí. Parece ser que ya no hace falta llevar el loro al hombro (y no me refiero al de los piratas, que sólo insulta; sino a aquellos monstruosos radiocasettes). La mochila se conecta a un reproductor de MP3 (iPod o similar). ¡Es genial!

Llego a casa de una amiga, con la que había quedado para desayunar (otros quedan para hacer lo que viene antes del desayuno; pero yo soy así). Y me pregunta: "Jorge, ¿cómo quieres los huevos?". Yo pensé, "pues como están, yo los veo bien". Pues sale de la cocina y trae consigo una sartén nueva que se había comprado, con forma de corazón. ¡Me cagué!

Quería irme por patas, pero ya me había ido por la pata abajo, que no es lo mismo. La tenía allí delante, vestida de arriba abajo con sombrero y calcetines (no llevaba nada más), insinuándose. Pensé en lo que siempre me decía un amigo mío: "Jorge, cuidado con las mujeres, que eres un hombre casado". Y yo siempre le respondía: "No, yo soy soltero. La casada es mi mujer".

Se me acercó la chica, mostrando todas sus virtudes (bueno, y las tetas), y me dijo: "cariño, dime algo con AMOR". En ese momento supe que no podría contenerme. Todo apuntaba en la misma dirección: el niño con forma de pavo real, el casco porta-cervezas, la mochila con altavoces, la sartén con forma de corazón, el Master de la UOC,.... Y me lancé: "¡AMORFA!"

¡Qué experiencia! No la olvidaré jamás, por muchos gadgets que vea, por muchas TIC que compre. La cara que puso es indescriptible.


jueves, 11 de diciembre de 2008

Soñando con las TIC

Sigo con mis pesadillas.

El otro día estaba en el gimnasio, poniendo a tono este bonito cuerpo que Dios me dio (y que el Photoshop mejora siempre que es necesario), y vi a un hombre levantando pesas con una mano y hablando por el móvil con la otra. ¡Qué locura! Pero si el gimnasio es un sitio al que uno va a relajarse (por eso acabo siempre con agujetas, claro). Yo pensé: "¿Qué hace este lerdo-TIC? ¿No se da cuenta de que se puede hacer daño? Por lo menos, que use un bluetooth."

De ahí empezaron a aparecerme algunas imágenes en la cabeza: gente corriendo en la cinta, mientras juega en bolsa, a través de las pantallas de televisión que tienen esas máquinas infernales, que en este caso eran táctiles y estaban conectadas a Internet. ¿Te imaginas lo que debe ser comprar acciones de Santander, mientras corres diez kilómetros, y ver que han subido un 5% en el ratito que corrías? ¿O qué tal que bajan? Te debes agotar al instante, no?

Pero eso no es todo. De repente, me imaginé a alguien en la piscina, nadando croll (que como todos sabemos es el estilo más habitual, aunque es mucho más cómodo hacerse el muerto). Pues este personaje estaba nadando y llevaba unas gafas de piscina como las que todos tenemos, pero con conexión a la MTV y unos auriculares. Dentro del cristal de las gafas, una televisión. Así, este tío no sabía si nadar o bailar, además de pegarse contra la pared, puesto que no se fijaba en eso, sino en los vídeo-clips.

Lo más impactante fue cuando, en las duchas, oí a un chaval que recitaba en voz alta la carta a los Reyes Magos, puesto que tenía un programa de reconocimiento de voz en el reloj, conectado a su vez a un ordenador que estaba situado en su taquilla. ¡Y estaba pidiendo que le trajeran más gadgets!

No sé. Creo que necesito un descanso. Me voy a navegar un poco por la web, a ver si me bajo alguna película (con todo el remordimiento del mundo, por la piratería), o si me compro algún disco en el iTunes. O me voy a jugar con la Wii. No sé. No puedo más.