sábado, 29 de noviembre de 2008

Las TIC llevadas a juicio

Queridos míos:

He tenido un sueño. En él aparecían los líderes políticos mundiales, tomando el té en una reunión del G-20, y debatiendo el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.

Algunos, Zapatero a la cabeza, apoyaban neologismos, como web 2.0 (que no agente 007, o superagente 86). Otros, más anticuados, capitaneados por Angela Merkel, atacaban a mi amada Wikipedia. Mientras tanto, Abraham Lincoln se levantaba de su tumba y creaba un blog, en el que explicaba las bondades de la docencia on-line. Y Sarkozy nos daba cátedra sobre las posibles implicaciones de la Ley sobre el Software Libre en la destrucción del mundo. Moderaba el debate el mismísimo Maradona (que había dejado recientemente la coca, pasándose a la Pepsi).

Era una locura: todos los pueblos participaban, enviando un SMS al 666, con la palabra "CRISIS", seguida de su opinión. Todos querían opinar - a favor de las libertades digitales, en contra de la cultura libre, a favor de la supresión y prohibición de los blogs (mensaje emitido a través de blogger.com, curiosamente), en contra de la supremacía de Wikipedia (existiendo otros medios mucho menos ortodoxos, como Frikipedia),... -. Todo el mundo enloquecía, enviaba mensajes de manera compulsiva, casi sin comer, dormir, ni trabajar.

Y mientras tanto, el Mundo lloraba por su situación. "¿Qué hacen mis salvadores?", se preguntaba, ignorando que éstos intentaban superar una crisis real: algo llamado "PEC3".

¡Menos mal que era un sueño!


Jorge

domingo, 23 de noviembre de 2008

Wikipedia, Frikipedia y otras fuentes de información

Dicen que hemos sobreestimado la importancia de las TIC en la educación.

¿De veras? Veamos...

Cuando yo estudiaba, hace tan sólo dos o tres siglos, si quería obtener información sobre algún tema que desconocía (casi todos, dicho sea de paso) tenía que ir a la biblioteca del barrio a buscar algún libro. El proceso era interesante: llegar hasta el sitio, encontrar el carnet, mostrárselo a la amable señorita de más de cien años que estaba siempre sentada en el mismo sitio, siempre leyendo el mismo libro (creo que se lo sabía de memoria), y preguntarle por la información que estaba buscando. Luego ella, muy amablemente, me decía que no tenía idea de qué le estaba hablando, pero que pasara (en riguroso silencio, eso sí) y buscara por mí mismo. Resultado: ya echaba la tarde en la biblioteca, encontrando todo tipo de libros guarros, buscando por la f, de f_____, por la j, de j____,... en fin. ¡Qué tiempos!

Ahora, no. Mis alumnos me traen trabajos con una información increíble. No sé si se la habrán leído siquiera, o si tan sólo han hecho un "copiar-pegar" de wikipedia o de "El rincón del vago". ¿Cómo no iba a triunfar una página que tuviera ese nombre? Acceden a todo tipo de datos con una velocidad increíble. Y, además, no necesitan perder el tiempo intentando buscar un libro de guarrerías en la estantería de la biblioteca, frente a todos: simplemente, escriben "free sex" en google, y aparecen 73,800.000 referencias (me lo han contado ellos). Así, de paso, también echan la tarde, y practican deporte.

En fin, ¿cómo le explicaré a la próxima generación que tenía que levantarme y caminar para obtener la información que deseaba? ¿O que la señorita que me atendía no estaba desnuda? Lo peor: que no existían ni Wikipedia, ni Frikipedia, ni El rincón del vago, ni Monografias, ni Encyclopedia, ni Wikilearning, ni Biografiasyvidas .

No se lo podrán creer.

domingo, 9 de noviembre de 2008

¡Amo a Steve Jobs!

Hola,

¡Es que no puedo resistirme! Acabo de leer una noticia que me viene al pelo (si tuviera sería genial, pero ésa es otra historia) tanto para la asignatura como para mis más íntimos sueños (creo que éste es un buen sitio para contarlos; nadie me lee): el iPhone del futuro.

Dicen que por las mañanas nos descargará las noticias del día, mandará un mensaje a la cafetera para que nos prepare nuestro gustoso café, y cerrará por sí sólo la puerta de casa, entre otras cosas. El sistema domótico se unirá a esta maravilla de la creación, que tantas vidas ha salvado (como las de los trabajadores de Apple, que ya se veían en la calle, antes de la irrupción en el mercado del primer Ipod).

Lo que me pregunto es si me traerá papel cuando no quede, por las mañanas, en el baño. No sé qué pasa, pero mi mujer siempre se lo acaba. Supongo que si ella tiene otro iPhone, éste le avisará al mío para que salte una señal antes de que ponga mis posaderas en el trono más visitado de todos los tiempos.

Pero no sólo tengo ese dilema con el futuro iPhone. Resulta que llegando a la oficina él decidirá si me lee los e-mails. ¿No los podría responder también? Se queda con lo más fácil. Y podría asistir a las reuniones con el c***** del jefe, y luego contarme cómo fue.

En fin, que según Ralph de la Vega, CEO de AT&T, el iPhone pronto nos servirá como router para conectarnos a Internet a través de un MacBook (¡lástima, creí que lo haría con un IBM, aunque sólo fuera por jo***!). Y creo que se le ha escapado que piensa comprarse un avión privado con lo que gane de este nuevo e imprescindible gadget.

Termino con una oración al Sr. Steve Jobs, gran señor de Apple:

Steve nuestro, que estás en Apple:
santificado sea tu Ipod;
venga a nosotros tu iPhone;
hágase tu fortuna
en Apple como en Pixar.
Danos hoy nuestro gadget de cada día;
perdona nuestros Windows,
como también nosotros perdonamos
a Unix y a Linux;
No nos dejes caer en Explorer,
y líbranos de Bill Gates.

Amen.


¿Qué más puedo decir? Pido un minuto de silencio por el alma del antiguo iPhone.